Tras el debate de si el futuro de la especie humana está o no en este lugar llamado Tierra, se encuentra una incesante exploración del espacio en busca de otro planeta en el Universo donde poder subsistir, y no parece nada fácil. Encontrar otro lugar habitable para el ser humano y el resto de seres vivos es todo un reto. La película “Interestellar”, dirigida por Christopher Nolan, nos muestra un futuro desolador en otro lugar diferente a la Tierra, un film de ciencia ficción que invita a la reflexión.
El Protocolo de Kioto fue un intento para frenar los daños producidos por el mal uso de los recursos, pero se quedó en eso, en un intento. Los países más contaminantes, EEUU y China, optaron por no participar. No estaban dispuestos a arriesgar su economía por someterse a leyes medioambientales, como si el hombre fuera a evolucionar a corto plazo a un estado superior donde no necesitara ni el agua ni el suelo ni el aire para beber, comer y respirar. Todos somos responsables de la actual situación. El ser humano está descuidando el planeta donde vive y el cambio de era ya no puede ser más una excusa. Según los científicos de la ONU “el cambio climático ya es una realidad y está provocado por la mano del hombre”.
Tras la Cumbre de Lima, el pasado año saltaron las alarmas, la actual crisis medioambiental es un hecho y el Cambio Climático parece imparable si no hacemos algunos esfuerzos. Ya no valen los debates, la cantidad de gases de efecto invernadero enviados a la atmósfera alcanzó el pasado año su máximo histórico, confirmándose así el estruendoso fracaso del Protocolo de Kioto.
¿Se nos ha ido de las manos? ¿Qué podemos hacer para solucionarlo? Si no hacemos absolutamente nada para introducir cambios en nuestro modo de vida y en nuestro modelo de desarrollo, Islandia podría llegar a tener el mismo clima que la Toscana . Parece idílico tomar el sol en Islandia como si estuviéramos en la misma costa italiana, pero no parece tan maravilloso si viajamos de Norte a Sur con un aumento de casi cinco grados en la temperatura global del planeta.
Es imposible no admirar la perfección de la Naturaleza, la forma en la que todo está dispuesto, cómo todo encaja, cómo todos los seres tenemos un papel fundamental para que esto, la vida, funcione. Podría pensar que el ser humano ha elegido estar fuera de esta perfección guiado por su exacerbado Ego. El dinero ya no es una herramienta, el dinero se ha convertido en el principal motor de nuestras decisiones en un Sistema que ha sido creado por y para el ser humano. Un Sistema que parece haberse rebelado y tomado vida propia, porque el humano se siente incapaz de dominarlo, reinventarlo o, sencillamente, modificarlo para lograr un modelo mejor para todos. Hoy en día es inevitable relacionar el Cambio Climático con la globalización. Una globalización económica, social y política, con ventajas y desventajas, que ha cambiado nuestro modo de vida. Quizá nos aferramos a lo ya conocido por miedo a no saber vivir de otra manera. Vivimos rodeados de más y más cosas, no paramos de fabricarlas y tirarlas al vertedero, tantas cosas que algunas nunca las usaremos y otras no sabemos siquiera que las tenemos. Se han eliminado las barreras comerciales entre los distintos países, dando lugar a un mayor consumo de recursos energéticos para el transporte de materias primas o de productos manufacturados. El empleo cada vez más elevado de estos recursos, principalmente combustibles fósiles, incrementa la emisión de sustancias contaminantes, principales responsables del cambio climático y del calentamiento global del planeta.
Vemos cada día cómo los países más pobres aumentan la explotación de sus recursos, bosques o recursos pesqueros, para satisfacer la demanda impuesta por el creciente número de consumidores o por la necesidad de generar dinero para poder pagar su Deuda Externa con los países ricos que un día los dominaron. El mal reparto de la riqueza tiene un efecto claro sobre el medio ambiente.
Competitivos. La lucha eterna por ser el mejor, el que más vende, el que más produce, el que más gana. Para poder ser competitivos en este mercado global tan complejo hay países que reducen sus estándares ambientales y hay empresas que para bajar los costes de producción reducen a mínimos los presupuestos para seguridad ambiental. Las grandes empresas no sólo instalan sus fábricas en países donde la mano de obra es mucho más barata, sino también en aquellos países cuya legislación ambiental es menos severa y permite reducir costes en este ámbito. ¿Cómo es posible que una camiseta cueste solo dos euros? ¿Cómo lo hacen? ¿Cómo es posible reducir tanto el precio de algo tan elaborado? Podemos hablar de camisetas, relojes, bolsos y un sinfín de productos que nos inundan, casi nos asfixian.
La ONU ya ha mandado una señal, para finales de siglo las emisiones deberán ser cero, si no los efectos serán muy graves. En la próxima Cumbre de París de Diciembre (2015), deberán salir ambiciosos objetivos de reducción de emisiones en un tratado que sustituya al de Kioto y en el que se incluyan China y EEUU. Los expertos aseguran que todavía hay tiempo, aunque muy poco, para tomar medidas de mitigación y limitar el aumento de la temperatura a dos grados en lugar de casi cinco.
Aplicando el principio de precaución y sin hablar de catástrofe general, ha llegado el momento de preocuparnos de verdad por un asunto que nos afecta a todos. El mundo se enfrenta a un cambio necesario en el modelo energético y no va a ser fácil, ya que esto supone también hacer cambios en nuestra mentalidad y en el modelo económico y financiero. La inercia y la necesidad de aferrarnos a lo que ya tenemos parecen muy fuertes, pero no nos queda más remedio y urge poner a prueba nuestra creatividad.
by L.R.