Y las calles, mil caminos,
y las calles, que no mienten,
andando, y la soledad callada,
la plenitud me acompaña.
Un mismo compás que nos guía.
Y el mundo, que gira deprisa,
se despierta al unísono
con la canción que ya no para.
Las flores, que se liberan de sus pétalos,
y la nieve, que está por llegar,
envuelven nuestros sueños,
y miro hacia delante, bailando.
Ya no pienso demasiado y si lo hago
veo un color dorado chispeante
donde confluyen sentimientos encontrados
que me hacen bailar delirante.
Un sol cegador asoma, fuego
y el arrítmico compás que nos guía
ha sido diseñado para soñar
y bailar y volar y bailar. Bailemos.
Photo and poem: by © Clara Creig (WINGS)